DOI: 10.25009/it.v14i23.2744

In memoriam

Vol. 14, núm. 23, abril-septeimbre 2023

Centro de Estudios, Creación y Documentación de las Artes, Universidad Veracruzana, México

ISSN: impreso 1665-8728 ׀׀ electrónico 2594-0953


José Ramón Alcántara Mejía (1945-2023) y Georges Banu (1943-2023) Fidelidad al teatro y a la amistad

Domingo Adame*

* Universidad Veracruzana, México. e-mail: dadame@uv.mx, 0000-0002-0190-0161

Recibido: 15 de febrero de 2023   ׀׀   Aceptado: 22 de febrero de 2023

¿Qué es lo que hay en el espacio que se abre cuando alguien experimenta el dolor por la muerte de un ser querido, y el momento en que el sujeto experimentador muere? Me interesa esta pregunta no por querer saber lo que sentirán mis seres queridos cuando muera, sino porque me parece que, por más que sea un proceso natural y continuo, contiene un potencial de sentido, el cual permite valorar con profundidad lo inexorable de nuestro destino.

El origen de mi tribulación es por el fallecimiento de dos entrañables amigos y colegas: el Dr. José Ramón Alcántara Mejía y el Dr. Georges Banu. El primero fue un reconocido teórico e investigador teatral mexicano; el segundo fue un crítico teatral de origen rumano, radicado en París desde hacía 40 años. Ambos fallecieron el mismo día, el sábado 21 de enero de 2023. ¡Fatal coincidencia! Ambos habían experimentado, el año anterior, la pérdida de dos amigos entrañables: Alcántara, la del teórico chileno-canadiense Fernando de Toro, y Banu, la del notable director de escena Peter Brook. Hoy ninguno de ellos está más con nosotros y su ausencia duele a quienes los conocimos y cultivamos con ellos algún vínculo por nuestra actividad profesional. Esto, desde luego, no es nada extraordinario: así ha sucedido y sucederá siempre. Al darme cuenta de mi sentimiento por las recientes pérdidas, no dejo de pensar en lo que les sucedió a mis amigos ante la muerte de los suyos. Entonces, regresando a la pregunta de inicio (si bien es imposible saberlo con precisión) lo único que desde mi experiencia podría decir es que, por una parte, la presencia de los ausentes se hace más poderosa; sus acciones, sus obras, sus actitudes adquieren mayor dimensión y, por otra, uno comprende mejor lo transitorio de la vida, tal como lo recuerda el poeta Nezahualcóyotl: “No para siempre aquí en la tierra: solo un poco aquí” (León Portilla 89).

Además de su profundo amor al teatro, lo que destacaba en ambos era su amabilidad, cualidad que, por ser auténtica, los coloca en un elevado rango humano. 

José Ramón Alcántara Mejía (1945-2023)

De Pepe, como cariñosamente lo llamábamos, tuve la dicha de ser su amigo y compañero, lo cual nos hizo emprender juntos acciones de estímulo a la investigación teatral: la fundación de la Asociación Mexicana de Investigación Teatral (amit) en 1993, de la cual fue presidente, momento donde nos obsequió el “El drama como paradigma filosófico: reinterpretando a Aristóteles” (1995), primer texto publicado en la entonces incipiente revista Investigación Teatral; la realización en la Universidad Iberoamericana  (uia) del III Congreso del Instituto Internacional de Teoría y Crítica de Teatro Latinoamericano, del cual también fue presidente, así como la edición en la misma Universidad de la revista La escena latinoamericana. Pero, lo más significativo, considero, fue su impulso a la formación profesional de investigadores teatrales en el programa de Doctorado en Letras Modernas de la UIA, donde tuve el privilegio de que fuera mi maestro y director de tesis.

Como testimonio de su pasión por la investigación, nos deja su larga lista de publicaciones, así como el ya consolidado Coloquio Internacional de Teatro Latinoamericano que bien valdría la pena, en su memoria, agregarle el nombre de su fundador y procurar que permanezca por muchos años.

Conservo dos últimos momentos en los que me transmitió su aprecio: el primero, en octubre del año pasado durante el X Coloquio en la UIA, cuando me expresó el gusto que le daba verme con mi compañera Claudia Cabrera, a quien tuve la dicha de conocer desde el primer evento académico de dicho coloquio. El segundo fue su mensaje del pasado 17 de enero como respuesta a mis saludos de Año Nuevo y a mi petición de materiales para mi libro sobre la gesticulación:

Estimado Domingo, gracias por tus deseos y palabras que son mutuos. Tendré que buscar el material, pero tomará algo de tiempo porque por ahora estoy en preparación para otra cirugía del corazón. Tan luego me recupere me dedicaré a ello. Un abrazo.

Hoy con el dolor por tu partida te digo: no te preocupes, Pepe. Tu corazón no resistió agotado por tanto amor que nos diste. Estoy seguro que entre todos los textos que nos dejas estará lo que busco y que muchos investigadores, como en mi caso, nos seguiremos nutriendo de tu sapiencia.

Georges Banu (1943-2023)

A Georges Banu lo conocí personalmente en 2010 durante mi estancia sabática en el Centre International de Recherches et études Transdisciplinaires (ciret) en París; le debo a él y a Basarab Nicolescu haber tenido la oportunidad de conversar con Peter Brook en su teatro de Bouffes du Nord; de igual modo, guardo con especial agradecimiento el que me haya descubierto la obra del extraordinario pintor Odilon Redon, así como su gentil recepción en su departamento de la Rue Rivoli donde conocí a su esposa, la brillante académica Monique Borie, estudiosa de Antonin Artaud.

De su texto “Un souvenir simbólique”, publicado con motivo de los 70 años de Basarab Nicolescu, traduzco el siguiente párrafo que permite conocer cercanamente su sentido de la amistad y su amor por la escritura.

Fui invitado a México para ofrecer un ciclo de conferencias gracias a un amigo de Basarab Nicolescu, que es hoy un amigo común, Domingo Adame. Luego de nuestra llegada a Veracruz nos dirigimos con él, Monique, mi esposa y Acoyani, su hija, a un café popular, isabelino diría yo, pues ahí se mezclan las clases sociales, los platillos son famosos y los meseros realizan verdaderos performances espectaculares para servir una suerte de célebre capuchino mexicano. Ahí, en medio del conmovedor alboroto de esa comunidad, Domingo sacó, para ofrecerme, el último número de la revista Investigación Teatral de la cual es director. En la cabeza del sumario me encuentro con un célebre texto de Basarab que escribió a pedido mío. Su ensayo consagrado a las relaciones de Peter Brook, del cual es muy cercano, con el pensamiento tradicional. Este texto se remonta a más de veinte años, hablamos por primera vez sobre él en otro restaurante, el Buisson ardent, cerca de Jussieu donde Basarab trabajaba entonces. Él lo redactó lentamente, Brook lo revisó y yo lo publiqué. Es un texto que nos une… después de tanto tiempo. Aún resuenan en mí sus cálidos comentarios a su llegada a Veracruz cuando fui a recibirlo con motivo de las conferencias que ofreció en nuestra Maestría en Artes Escénicas en 2012  y al mostrarle el número 2 de Investigación Teatral en su nueva época en el cual se incluía la traducción de un texto de Basarab Nicolescu que escribió a pedido suyo. Se sorprendió del ambiente del café “La Parroquia” en el Puerto; por su carácter, dijo, “isabelino” debido a la mezcla de clase sociales; también por los “performances espectaculares –que realizaban los meseros– para servir una suerte de célebre capuchino mexicano”. Al tocar la revista me dijo “¡Texto resucitado!” (Banu, Un sourvenir).

Y qué decir de su “Carta a Shakespeare”, aquí un extracto en mi traducción:

Tú me enseñaste que el teatro abandona el mundo para volcarse en el sueño,
¡que es el mejor puente entre los dos!
Tú me procuraste la dicha de este paso firme y jamás interrumpido entre el mundo objetivo y el sueño irreal, porque tu teatro se sitúa justamente en este cruce
donde lo material y lo inmaterial se reúnen.
Cuando no quiero escoger, cuando no quiero amputar la diversidad del hombre
yo vuelvo a ti. Esta necesidad la experimento a menudo, es por eso que, cada semana, te releo (Goy-Blanquet).

Nuestra revista Investigación Teatral publicó dos textos suyos que ameritan ser consultados: “De viajes y testimonios. Los críticos teatrales como viajeros” (Vol. 1/Núm. 2) y “Los líderes ‘efectivos’ y las comunidades artísticas” (Vol. 3/Núm. 5).

Teníamos previsto encontrarnos en París, en 2018, al regreso del Congreso de The Academy of Transdisciplinary Learning & Advanced Studies en Rumania, lo cual no fue posible por encontrarse él en uno de los tantos festivales teatrales a los que asistía; no obstante, dejó todo preparado para que Monique nos recibiera a Claudia y a mí con su cordialidad característica.

En mi pasado aniversario me envió el siguiente mensaje como testimonio de amistad, pero también de la poderosa huella que dejó en él su vista a Xalapa:

Querido amigo, tú estás lejos pero nuestra amistad está viva tanto como los recuerdos inolvidables de nuestro encuentro en Xalapa. De todo corazón te deseamos un feliz aniversario… Georges y Monique Banu.

En Xalapa brindamos por el teatro, por la amistad y por la vida –con Pepe en varias ocasiones y con Georges en 2011–, así lo seguiré haciendo, hasta que cualquier día, alguien que me aprecie experimente por mí lo mismo que estoy sintiendo al despedir a tan queridos amigos.

Fuentes consultadas

Banu, Georges. “Un sourvenir symbolique”. Basabarab Nicolescu, 20 de octubre de 2012, https://www.basarab-nicolescu.ciret-transdisciplinarity.org/Basarab_Nicolescu_70.php, consultado el 2 de marzo de 2023.

Goy-Blanquet, Dominique, compilador. Lettres à Shakespeare. Vicenses: Thierry Marchaisse, 2014 (versión electrónica).

León Portilla, Miguel, Quince poetas del mundo náhuatl. México: Diana, 1998.