Investigación Teatral. Revista de artes escénicas y perfomatvidad

DOI: 10.25009/it.v13i21.2708

Reseña de libro

Vol. 13, núm. 21, abril-septiembre 2022

Centro de Estudios, Creación y Documentación de las Artes, Universidad Veracruzana, México

ISSN: impreso 1665-8728 ׀׀ electrónico 2594-0953

Entre ríos y teatros. Estudios sobre artes escénicas, historia y teoría teatral de una provincia del litoral argentino

Marcelo Mangiante*

*Universidad Autónoma de Entre Ríos, Argentina. e-mail: marcelomangiante@gmail.com

Recibido: 31 de julio de 2021   ׀׀   Aceptado: 17 de diciembre de 2021

Meresman,Guillermo. Entre ríos y teatros. Estudios sobre artes escénicas, historia y teoría teatral de una provincia del litoral argentino. Paraná: Azogue Libros, 2020. 90 pp. ISBN 978-987-86-3322-0

Paraná, urbe que hoy es cabecera de la provincia de Entre Ríos, es la única ciudad aparte de Buenos Aires que alguna vez fue capital de Argentina: sucedió entre 1854 y 1860. De aquellas épocas de primacía nacional quedan mínimos vestigios; el más notorio es el Teatro 3 de Febrero, fundado en 1852 (reconstruido, tras un incendio, en 1908), de exquisito, aunque ecléctico, diseño y de una acústica excepcional que no iguala ningún otro coliseo en el país, salvo el Teatro Colón porteño.

Como segunda herencia, más difusa, de aquellos tiempos, Paraná tiene una tradición robusta de salas, elencos, directores y dramaturgos que se prolonga hasta la actualidad; algo similar sucede en otras localidades entrerrianas, lo que a veces asombra, puesto que algunas urbanizaciones, con unos pocos miles de pobladores −como es el caso de Rosario del Tala o Maciá−, han sido y siguen siendo prolíficas sedes del quehacer dramático. Sin embargo, es notoria la ausencia tanto de historiadores como de teóricos del ritual teatral en el ámbito provincial. Si un hipotético encuestador preguntase al pleno de los teatreros de Entre Ríos qué entienden por investigación teatral, una abrumadora mayoría contestaría que se trata de un modo de proceder en escena según el cual los actores, sin atenerse a un guion previo, improvisan en procura de una obra que no es previa sino contemporánea o posterior a la actuación. Muy pocos hacedores teatrales aludirían a la práctica detectivesca, archivística y reflexiva de interpretar con rigurosidad de criterios el fenómeno social y la disciplina llamados Teatro.

Cabe subrayar que la escasez de documentos históricos y analíticos no es un rasgo diferencial: ni es sólo entrerriano ni es sólo teatral. Por un lado, en un país aquejado de centralismo, la productividad de los estudios en torno a las artes escénicas de Buenos Aires contrasta con la pobreza relativa de las producciones respectivas de la mayoría de las provincias. Por otro lado, escribo estas líneas y recuerdo que hace menos de una semana leía un artículo académico sobre los modos de consumo del cine en tres pequeñas ciudades de Entre Ríos y sus autores mencionaban la casi total inexistencia de estudios similares, aunque sí referían que se cuenta con abundante bibliografía sobre el mismo tema focalizada en la capital argentina (Miranda y Perticará, 2020). En cuanto al teatro, la ausencia de publicaciones que se proyecten más allá de la reseña eventual de un espectáculo se origina y consolida, en buena medida, por una cultura disciplinar volcada a la actuación del momento y renuente a generar archivos, los cuales no pueden crecer, ser ordenados, sopesados o revisitados si antes no son creados.

En este contexto, la aparición de Entre ríos y teatros. Estudios sobre artes escénicas, historia y teoría teatral, de Guillermo Meresman, constituye una saludable excepción a la regla, más aún considerando que el volumen no abarca la historia reciente del teatro entrerriano −más fácil de reconstruir debido a los medios técnicos y la supervivencia de protagonistas−, sino el medio siglo 1900-1950 de un arte-oficio que lleva 170 años de existencia en la geografía involucrada. Si bien hay un acervo de artículos y ponencias de distintos autores, estamos ante el primer libro de historia teatral de la provincia (Imagen 1).

IMAGEN 1: Entre ríos y teatros. Estudios sobre artes escénicas, historia y teoría teatral de una provincia del litoral. Guillermo Meresman.

El mojón de Meresman −autor del drama Los controladores, director teatral y académico− no quita ciertas deficiencias de factura, que pueden atribuirse justamente a la falta de referencias previas: su libro procura adaptar a un formato de divulgación una tesina de licenciatura en Arte Escénico presentada en 2007 que fue enriqueciéndose mediante pesquisas posteriores. El tono propio de la monografía, que incluye frecuentes aclaraciones relativas a la metodología empleada, persiste en varios pasajes, con lo que se demora innecesariamente la narración de la historia y se quita espacio al análisis de los hallazgos. En ese sentido, las 25 carillas que se utilizan al final del volumen para consignar la bibliografía, aunque resulten útiles para abrir el juego a otros investigadores e investigaciones, ocupan una extensión que bien podría haberse utilizado para dar más detalles de los resultados obtenidos.

Puede conjeturarse que este retaceo tiene fundamentación, asimismo, en una aseveración que el autor realiza en la presentación, donde señala que esta es “una publicación-puente íntimamente vinculada con los Escritos sobre teatro entrerriano (que serán publicados próximamente)” (7). Tales escritos fueron editados, un año más tarde, en 2021. Pero si el material que no termina de hacerse presente aquí se promete o entrega en otro lado, la obra indefectiblemente tiende a resentirse: la mención no siempre articulada de lugares, personas, eventos y fechas que provocan la sensación de estar ante un escenario con demasiados personajes secundarios, sin protagónicos.

Una sabrosa historia, sin embargo, se sobrepone con bastante suficiencia a las bambalinas que le interpone, a veces, el estilo de su escritura. Por Entre ríos y teatros… nos enteramos del origen entrerriano de un fenómeno de escala latinoamericana que en 2021 cumple un siglo en vigor:

La actriz Camila Quiroga, nacida en Chajarí, transformará la modalidad lingüística de los países que recorrió en una extensa gira […] los actores latinoamericanos desde el Plata a Xochimilco, comprenderán que debe hablarse en la escena como se habla en la calle, apartándose del dejo, la cadencia y la fonética españolizante. En este sentido, Quiroga impuso desde el año 1921 cierto criollismo a la interpretación teatral en Hispanoamérica (65).

El relato historiográfico que produce Meresman permite contrastar, además de modelos lingüísticos, modelos de actuación: la pauta dominante en Entre Ríos será antagónica a la prosopopeya y la seriedad, propias del realismo y el naturalismo en boga en Europa por los mismos años, coincidiendo con la tendencia irradiada desde Buenos Aires y Montevideo proclive a incorporar elementos de canto y baile en el marco de géneros dramáticos autóctonos, como el sainete, o adaptados, como el grotesco criollo, donde la sátira, la parodia y el humor frecuentemente copan la escena. Y si de géneros dramáticos se trata, la investigación de Meresman permite señalar a Entre Ríos como pionera en un segundo terreno: la obra Calandria, de Martiniano Leguizamón, es ratificada aquí como “primer drama nativista del sistema teatral rioplatense” (73).

Y aunque Calandria no forme parte de la corriente, la prosa del historiador posibilita apreciar la importancia del teatro anarquista y obrero en el transcurso teatral entrerriano, así como jerarquizar la contribución central de Isidoro Rossi, dramaturgo y director hoy olvidado, impulsor en los años 30 de un giro a la izquierda dentro de las poéticas costumbristas hegemónicas. Meresman también cumple con jerarquizar la gestión estratégica de Constancio Carminio, quien en 1936 impulsa los primeros cursos de formación actoral para niños (85), asegurando institucionalmente que el teatro fuera y siga siendo hasta la actualidad un metier multietario.

Ya que la historia no se compone sólo de hitos puntuales, sino también de transformaciones paulatinas, el volumen de Meresman resulta provechoso para dimensionar los cambios acontecidos en el campo teatral en varios sentidos; mencionemos dos: 1) Durante el período estudiado la mayor parte de las obras teatrales que eran representadas no llegaban a ser publicadas; hoy se ha invertido la relación y son más las obras de teatro que se publican que las que se llevan al escenario (86). 2) Podría calificarse de sorprendente la manera en que se ha ido modificando la relación del teatro local con la crítica y el periodismo: hace 100 o 120 años la conjunción de, por una parte, el marcado carácter popular tanto de los espectáculos como de los espectadores con, por otra parte, un consumo teatral masivo (sin la competencia aún del cine, la radio y la televisión) daba pie muy a menudo a discursos críticos de parte de los periódicos, que solían alertar de lo poco edificantes que eran ciertas obras en el plano moral y educativo, o cuestionaban sin medias tintas las insolvencias del argumento, de las actuaciones, la coreografía o la iluminación; desde esa situación, hemos llegado, en el sistema contemporáneo, a un panorama donde, notoriamente disminuida la incidencia socioeducativa del fenómeno teatral, la crítica se diluye casi por completo, reemplazándola un comentario −siempre previo, nunca posterior a la puesta− más en clave de gacetilla promocional que de práctica reflexivo-analítica.

Por último, puede parecer apenas un detalle, pero reescribe la historia del teatro nacional de la Argentina: Guillermo Meresman −que apasionadamente viajó a cada ciudad entrerriana, visitó cada museo municipal, aparte de archivos privados y varias hemerotecas públicas− halló pruebas de que los legendarios hermanos Podestá, de Buenos Aires, contra lo que afirma uno de ellos en una autobiografía, visitaron por primera vez la provincia en 1892, dos años antes de lo recordado por el mítico actor. Y comenta, en lo que podemos interpretar como un dato que da la pauta del entusiasmo y la jovialidad con que Entre Ríos ha acogido al teatro a lo largo de toda su historia: mientras la compañía circense-teatral de los Podestá fue prohibida durante años en la vecina provincia de Córdoba, en tierras entrerrianas era cobijada, idolatrada e invitada a volver una y otra vez, constituyéndose la geografía provincial en el destino favorito del grupo para salir de gira.

Fuentes consultadas

Miranda, Javier y Mariana Perticará. “Análisis de consumos audiovisuales en la década del 60 en localidades de Entre Ríos. Asistencia al cine y su registro en la prensa local”. Culturas, núm. 14, 2020, pp. 181-201, https://bibliotecavirtual.unl.edu.ar/publicaciones/index.php/Culturas/article/view/10313/13688, consultado el 28 de julio de 2021.