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Documento

Los Sinpadre
(Una pieza didáctica sobre las maras)

Carlos Morton*

Antonio Prieto Stambaugh**

*Facultad de Teatro y Danza, Universidad de California, Santa Bárbara, Estados Unidos. cmorton@theaterdance.ucsb.edu

**Nota introductoria. Facultad de Teatro-Centro de Estudios, Creación y Documentación de las Artes, Universidad Veracruzana, México. anprieto@uv.mx

Recibido: 12 de diciembre de 2019

Aceptado: 21 de enero de 2020

Nota introductoria

Los Sinpadre (título original Los Fatherless) es una obra inédita del reconocido dramaturgo chicano Carlos Morton, inspirada en un cuento del escritor Margarito Rodríguez. La versión original bilingüe, que trata sobre las pandillas juveniles de la zona fronteriza México-E.U.A., se estrenó en 1991 bajo la dirección de Cora Cardona en el Teatro Dallas (Texas). La versión que publicamos aquí, con permiso del dramaturgo, fue realizada en colaboración con Teatro La Fragua, compañía independiente con 40 años de trayectoria, ubicada en la ciudad de El Progreso, Honduras. Jack Warner, director de Teatro La Fragua, adaptó la obra al contexto local de las Maras Salvatrucha, conocidas pandillas criminales centroamericanas. La versión hondureña de Los Sinpadre se estrenó en 2006 bajo la dirección de Warner, pastor jesuita afiliado a la Teología de la Liberación. La obra representa un importante ejemplo de colaboración entre creadores chicanos y centroamericanos, unidos por la problemática de las pandillas juveniles.

Carlos Morton sigue a Luis Valdez como uno de los pioneros del teatro chicano, conocido por obras como Rancho Hollywood, Johnny Tenorio y The Many Deaths of Danny Rosales; esta última obra fue ganadora del certamen de teatro latino del New York Shakespeare Festival (1986). Sus obras se han montado en Estados Unidos, México y diversos países europeos. Además, Morton se desempeña como profesor de la Facultad de Teatro y Danza de la Universidad de California, Santa Bárbara.

Publicamos Los Sinpadre en una época cuando cada vez más caravanas de migrantes centroamericanos cruzan las fronteras para escapar de la violencia y buscar sustento en el norte. Es una pieza didáctica en tono trágico que lanza una mirada a la espiral de violencia que aqueja a las pandillas juveniles, aunque el tema migrante no está presente aquí. Sin embargo, el lenguaje utilizado en la obra combina caló centroamericano y fronterizo, lo que sugiere la movilidad transnacional de estas pandillas. Su violencia se basa en una masculinidad tóxica que, como sugiere el título, se origina con el sentimiento de orfandad. Así, Morton plasma una dura realidad, reconocible en todo el continente americano.

Los Sinpadre
(Una pieza didáctica sobre las maras)

PERSONAJES

Luna

Abuelito

Inspector Durango

Los Fatherless

Benito

Mocho

Sheri

Los Del Diablo

Diablo

Gata

ESCENA 1

LUNA: Debajo de la luz de la luna blanca como una calavera,

en los barrios donde las maras siembran el terror,

las Pirámides llegan al cielo,

murales reflejan una herencia orgullosa

de gavilanes que chillan y serpientes que vuelan.

Una Luna Garifuna, en un Junio Maya,

manda hacia abajo sus rayos plateados

dando a la gente en el barrio

esperanza de sueños eternos.

Sí, hemos construido nuestros templos altos,

escondidos en el corazón de Honduras.

Pero la paz se está rompiendo

por los sonidos marciales de la guerra.

Qué triste estoy yo; en el cielo la luna

sigue las fases que la gente pasa.

Siempre me pregunto por qué ellos

viven luna llena antes de morir.

ESCENA 2

(Salen Mocho y Diablo, en lados opuestos del escenario. Una luz por cada uno).

MOCHO: Al principio, era solamente yo.

DIABLO: Era guirro asustado, caminando a mi casa solo.

MOCHO: Algunos chavos me pararon. A patadas me botaron los libros.

DIABLO: Llegaron en un carro. Me empujaron contra la pared de una licorería. Me golpearon con sus puños y me patearon con sus burros. Yo casi perdí un ojo aquella noche.

MOCHO: Yo no estaba haciendo nada en contra de ellos. Cuando me arrastré a mi casa, era oscuro y estaba moreteado.

DIABLO: No había nadie en la casa. Tenía que arreglármelas solo.

MOCHO: Y mientras estaba limpiando la sangre, pensaba: “Nadie me va a volver a hacer esto”.

DIABLO: Al principio, era solamente yo. Pero encontré un amigo y nos hicimos dos.

MOCHO: Dos se hizo cinco. Cinco se hicieron siete.

DIABLO: Teníamos un nombre. ¡Los Diablos!

MOCHO: Nos llamábamos Los Fatherless, que significa “los sin padre”. Y teníamos un territorio. Y nadie entra a nuestro territorio sin permiso.

DIABLO: Más vale que paguen impuesto de guerra por pasar por mi barrio.

LOS DOS: ¡Somos la mara más poderosa en el barrio!

DIABLO: ¡Los del Diablo!

MOCHO: ¡Los Fatherless!

ESCENA 3

(Una calle del barrio en la noche. Una luz brilla sobre una pared pintada con grafiti, encima está escrito “Los Fatherless”. Podemos escuchar música fuerte de rap mexicano o playero. Los miembros de las maras cantan la siguiente canción).

Noches locas, rete calientes

CORO: Noches locas, rete calientes,

olor a marijuana y mucha coca.

Maras enemigas pasando por el barrio

con música loca, sin saber a quien le toca.

BENITO: Ventanas desnudas sin cortinas,

caras tristes viendo todo.

Nadie después no sabe nada.

Si en la calle te asaltan, pues ni modo.

CORO

MOCHO: Puñales y pistolas,

chimbas y cadenas.

En los jardines de cemento

sólo crecen las penas.

CORO

DIABLO: Todos los vatos sin dirección,

nadie nos ayuda, no hay esperanza.

Aquí en el barrio lo único que cuenta

es cuidar el territorio y vivir por la venganza.

CORO

GATA: Fatherless chavitos

no conocen a su padre.

Aprenden a ser hombres

en la Mara, que es su madre.

CORO

SHERI: Dicen que esto tiene que cambiar.

TODOS: ¡Tiene que cambiar!

SHERI: Hay que parar la violencia.

Tal vez, las cosas se pongan mejor

si aquí logramos despertar la conciencia.

CORO

(Los miembros de las maras se saludan y se separan. Benito entra a su cuarto, que tiene muebles mínimos: un comedor, un televisor, un gavetero con un espejo. Su abuelito está sentado, mirando un partido, mientras toma un refresco).

ESCENA 4

ABUELITO: Benito, no quiero que salgás esta noche.

BENITO: ¿Por qué no, abuelito?

ABUELITO: Porque solamente vas a meterte en problemas con esa bola de sinvergüenzas.

BENITO: Déjalos, abuelito, son mis amigos.

ABUELITO: Esas personas que vos llamás “amigos” no son amigos de verdad, Benito.

BENITO: (Peinándose) ¿Cómo me miro, abuelito?

ABUELITO: Ellos no van a llegar a ser nadie. Ese haragán de Mocho está parado en la esquina todo el día, bebiendo cervezas y fumando qué sé yo. Y la Sheri, con tanto maquillaje, ¡ella parece una leona!

BENITO: Por favor, abuelito, es la moda. Y Mocho no es un haragán; él trabaja en el taller pintando carros.

ABUELITO: Déjeme decirle algo, señorito: usted no va a terminar en un taller pintando carros. Eso no es lo que su mamá habría querido para usted.

BENITO: Sí, yo sé.

ABUELITO: Cuando ella salió de esta casa, me hizo jurar que yo le cuidaría a usted.

BENITO: Qué lástima que ella no está para hacer su trabajo.

ABUELITO: No hables así de tu madre, ella es una buena mujer. No es su culpa que hayan matado a tu papá. Pues ese Mocho solamente te mete en problemas.

BENITO: Él no me mete en problemas. Al contrario, yo lo saco a él de sus problemas.

ABUELITO: Ay, sí. ¿Y esa vez que ustedes quebraron el parabrisas del carro del hombre aquel?

BENITO: ¡No era nuestra culpa... él trató de atropellarnos!

ABUELITO: Pero, ¿por qué estaban en medio de la calle?

BENITO: ¡Estábamos jugando fútbol!

ABUELITO: No se juega al fútbol en la calle, el fútbol se juega en una cancha.

BENITO: No hay canchas, abuelito. La cancha más cerca está a varios kilómetros de aquí.

ABUELITO: (Él afirma con su cabeza) Bueno, ¿ya hiciste la tarea?

BENITO: Sí, abuelito.

ABUELITO: Quiero que saqués buenas notas.

BENITO: Saco buenas notas.

ABUELITO: Quiero que vayás a la universidad. No quiero que seas un vago como algunos de esos haraganes de aquí.

BENITO: No sé sobre la universidad, abuelito, pero te prometo que no voy a ser un vago.

ABUELITO: Entonces, ¿por qué tenés problemas con la policía?

BENITO: Porque el maje que trató de atropellarnos me pegó... pues yo le pegué. Y, desde luego, los policías llegaron. ¡El maje era hijo de papi y mami, bien vestido! Pues me llevaron al mamo.

ABUELITO: Yo sé que es difícil ser pobre en este pueblo. (Tocándole el hombro) Te ves bien, hijo. Solamente creo que si te cortaras el pelo te mirarías mejor. ¿Por qué no te quedás aquí esta noche? Hay un partido muy bueno.

BENITO: No, gracias, abuelito. Tengo que irme.

ABUELITO: Benito, no te quedés afuera hasta muy tarde. Anoche se pelearon las maras en el boulevard y vino la policía. Doña María me dijo que arrestaron a los mareros y se los llevaron a la cárcel.

BENITO: (Llena su taza con más fresco y la pone suavemente en la mano de su abuelito) No te preocupés, puedo cuidarme.

ABUELITO: Pero me preocupo. Tu mamá me dio la responsabilidad de cuidarte. Tal vez estoy viejo, Benito, pero yo sé lo que es mejor.

BENITO: (Saliendo del apartamento) Yo sé. Voy a venir temprano. Recuerde, ¡no le abra la puerta a nadie!

ABUELITO: ¡Benito!

BENITO: ¿Sí, abuelito?

ABUELITO: ¿Qué pensás si dejamos este lugar y nos vamos a algún lugar nuevo?

BENITO: ¿Dónde iríamos?

ABUELITO: Volvamos al pueblo, donde la gente tiene respeto por los demás, no como aquí.

BENITO: ¿Qué vamos a hacer allá, abuelito? ¡No sé trabajar la tierra!

ABUELITO: Podés aprender. Podés hacer cualquiera cosa, Benito. Tu padre vino aquí porque tuvo que hacerlo, no porque él quiso. Pero él no tenía una educación, y por eso tenía que trabajar en los campos bananeros. No vas a morir aquí en algún campo cortando guineos de otro.

BENITO: ¿Qué voy a hacer en el pueblo? ¿Guía turístico?

ABUELITO: Podés ser lo que querrás.

BENITO: ¿Nos ganamos la loto o qué? Abuelito, no tenemos dinero para irnos.

ABUELITO: Tenés razón. Solamente era una idea loca. (Le da un abrazo) Benito, no sé qué haría si algo te pasara.

BENITO: No te preocupes (Benito le pide bendición y sale).

ABUELITO: (Mirando afuera de la ventana por las luces, y escuchando los sonidos de la noche) Vuelas de mi lado, Benito, abotonando tu camisa y encendiendo tu cigarro. No fumás delante de mí, porque pensás que es mala educación. Tus zapatos son brillantes y luminosos y tu pelo está bien peinado. Te mirás bien, Benito. La Luna te mira. Ilumina tu camino. (Una luna llena entra espectacularmente, en la forma de un mimo con cara blanca. Es una luna llena, espléndida en su figura. Forma una telaraña alrededor de Benito, protegiéndolo) Cuidado, mi hijo, cuidado que los sonidos de La Noche, con su reggaeton, no te llenen de imprudencia. Mirá cómo los rayos de La Luna te acarician y te protegen. Desconfiá de La Noche. No te dejés guiar por las calles crueles, donde el olor a marihuana flota en el aire. Dejate guiar por La Luna, porque su luz es muy poderosa esta noche. Ves la gente del barrio disfrutando del anochecer tranquilo, tomando el aire fresco y hablando. Encima de todo, La Luna alumbra como un escudo feroz de plata ocupado por un guerrero Maya. ¡Oh sí, Benito, hay una luna Maya encima de Honduras! (La Luna está parada con escudo y lanza, alumbrando toda la escena con su luz mágica. Música reggaeton suena en la calle. Benito camina hacia la pared con grafiti y “Los Fatherless” escrito encima).

ESCENA 5

(Entran Mocho y Sheri).

MOCHO: (Saludando a Benito con la señal de Los Fatherless”) Ése, ¿qué pedo, Benny?

BENITO: ¿Qué onda, maje?

SHERI: (Saludando a Benito con la señal de Los Fatherless”) Entonces, ¡Los Fatherless rifan!

MOCHO: (Señalando al grafiti en la pared) Mirá, maje, los del Diablo borraron nuestra placa y pusieron la suya en el muro. Yo digo que vayamos a bucearlos. ¡Y les trampamos verga!

BENITO: Calmate, loco, no perdás la razón. Vamos a verguearlos a su debido tiempo.

SHERI: ¡Maje, tenemos que defender nuestro territorio!

BENITO: Paciencia, tenés que pensar mejor las cosas. No nos matemos por un placazo.

MOCHO: No es solamente “un placazo”, maje, es nuestra placa, nuestros nombres. Es como borrar nuestras caras.

BENITO: Okay. Pues la borramos y pintamos nuestra placa de nuevo, ¡y más grande!

MOCHO: Hay que esperar hasta mañana, la luz no es muy buena.

BENITO: Pero, ¡mirá! La Luna está saliendo de atrás de las nubes (entra La Luna).

MOCHO: ¡Vaya, pues! (Sacando una lata de spray) Voy a arreglarla ahorita, maje (La Luna le ayuda a Mocho a crear sus diseños).

SHERI: (Mocho está ocupado con la pared) Oye, Benito, ¿cómo seguís con la clase basura de matemáticas?

BENITO: Es difícil, pero estoy pasando.

SHERI: Es una pérdida de tiempo.

BENITO: No sé, casi me gusta; es divertido.

SHERI: Sí, solamente porque sos un genio de matemáticas. Te pasás, ése.

BENITO: Tal vez, va a ayudarme a conseguir una buena chamba; voy a la universidad quizás.

SHERI: ¡Vas a la universidad! ¿Para que aprendás a ser gringo?

BENITO: ¡No, pero puedo ganar pisto!

SHERI: Eso nunca pasa, maje. Ves cómo ellos nos marginan en los colegios. ¡Las putas y moñeros en los colegios públicos, los pobres en los institutos técnicos y los fresas en las escuelas bilingües!

BENITO: Pero puedo trabajar igual que ellos.

SHERI: ¡Pura paja! Solamente te están jodiendo, hombre. Llenando tu mente de esperanza, y después te hacen a un lado. Vas a volver a la calle pronto.

BENITO: ¿Quién sabe? Pero, por lo menos voy a estar contigo, ¿verdad? (Admirando el trabajo de Mocho) ¡Macanudo, Mocho! Los Fatherless vuelven a la cima.

SHERI: Está pijudo, Mocho. Se mira macizo.

MOCHO: Tal vez debería ser pintor, ¿por qué no? Sabés que, en el taller, ya ellos me dejan el trabajo especial. El otro día pinté la Virgen de Suyapa en el tonop de un Honda Civic.

BENITO: Te digo, hombre, esto no es grafiti. Es arte. Debés pintar murales.

MOCHO: Tal vez debo ir a una de las tantas escuelas de arte.

BENITO: No, pero hay clases en la Casa de la Cultura.

SHERI: (Imitando un anuncio) ¡Mirá! ¡Era una pendeja! Pero gracias al Instituto del Arte Del Barrio, aprendí a dibujar y tener éxito como artista en sólo seis semanas. ¡Usted puede hacerlo también! Llame al 1-800-PLACAZO.

BENITO: Sheri, serías mejor si fueras a una de las academias de belleza.

SHERI: ¡Cosas así me dan ganas de cagar!

BENITO: Sabés, si te arreglás un poco, te mirarías bien buena.

SHERI: ¿Vos creés? ¡No, me da asco!

MOCHO: Vamos a chupar, tengo unas birrias en la ranfla.

BENITO: Simón, vamos a rolear (todos salen).

ESCENA 6

(Abuelito aparece de nuevo. Podemos escuchar su voz y sentir su presencia, como siguiendo a Benito y Los Fatherless por las calles del barrio. Abuelito habla con La Luna, como que es su compadre).

ABUELITO: Luna, cuidalos mientras caminan por esas calles. Mirá los niños jugando pelota en las calles del barrio. Mirá las calles llenas de hoyos, los mecánicos de carros sin diplomas, arreglando carros que deben estar en la basura. ¡Es un milagro que sirven todavía! Y aquí y allá chicas bonitas, invitando, coqueteando, besando a sus novios en los callejones. Benito pasa por las cantinas pintadas con colores brillantes que reflejan las caras de la pobreza. Por los parques que gritan con júbilo que el cambio es posible. Por la línea del ferrocarril donde los héroes se han convertido en fantasmas. (Pausa) Pero allá, escondidos y esperando, los perros del otro barrio comienzan a ladrar.

ESCENA 7

SHERI: ¿Sabés?, estamos en el territorio de Los Diablos (mira que entra Gata).

MOCHO: ¿Y qué pues? Podemos ir donde queramos. Es un país libre.

GATA: (A Benito) ¿Querés una cita, chulo?

BENITO: No sé. No contigo.

GATA: ¿Y por qué no? ¿Pensás que sos mejor que mí?

SHERI: Cuidado, Benito, ¡esa vieja tiene sida!

MOCHO: (El Diablo entra) Benito, ¡son los Del Diablo!

DIABLO: ¿Qué hacés con mi novia, maje?

BENITO: No tengo nada con ella.

GATA: Él trató de tocarme, tú sabes dónde.

SHERI: ¡No va a tocarte ni a la esquina!

GATA: ¡Ves, cariño, me están insultando!

DIABLO: ¡Son Los Fatherless! (comienzan a pelear).

INSPECTOR DURANGO: (Entra y habla al público) Allí van, otra vez, día y noche, noche y día.

MOCHO: ¡Chiva, allí viene la jura! (Ellos se separan, pero no lo suficientemente rápido. El Inspector atrapa a Diablo).

DURANGO: Hey, ¿qué está pasando aquí?

DIABLO: Nada, hombre, estábamos discutiendo muy amablemente.

DURANGO: Entonces, ¿por qué tenés sangre en la nariz?

DIABLO: Me la soné demasiado fuerte.

DURANGO: Ya les dije: no más vergueos entre maras en mi zona.

DIABLO: No fue mi culpa, hombre, fueron Los Fatherless, hombre. ¡Ellos lo empezaron!

DURANGO: Mala suerte. Ellos lo empezaron, pero te agarré a vos. Vamos a basculear lo que traés en las bolsas (registra a Diablo).

DIABLO: ¡Estoy limpio, hombre, no tenés nada contra mí! ¿Por qué me vas a meter a la cárcel? ¿Por un poco de sangre en la nariz?

DURANGO: (Terminando su búsqueda) Tenés suerte esta vez, Diablo. (Le deja) No quiero verte en la calle otra vez esta noche o estás palmado. (Diablo sale. Inspector habla directamente al público) Soy el Inspector Durango del dgic. Éste es mi barrio. Me crié acá. Sabía que había mala sangre entre Los Diablos y Los Fatherless. Faltaba poco tiempo para que las cosas llegaran más lejos (sale).

ESCENA 8

ABUELITO: (Aparece de nuevo) Corrieron, corrieron hasta el boulevard, donde se juntan las cantinas con los burdeles. Donde les dije que nunca fueran. Cuando llegaron allá, pararon para descansar.

MOCHO: (Entra con Benito y Sheri) Qué salvada, hombre. ¿Viste la mirada en su cara cuando la jura lo agarró?

SHERI: ¡El cerote del Diablo!

BENITO: Hay que irnos antes de que la jura regrese. Tengo que despertarme mañana temprano para ir a pedir una chamba al Mall.

MOCHO: Trabajé en uno de esos lugares... estaba trapeando pisos.

SHERI: ¡Qué loquera! ¿Por qué no trabajás en un lugar macizo, como en una gasolinera o algo así?

MOCHO: Si necesitás pisto, ¿por qué no robás el radio de un carro y lo vendés?

BENITO: Porque la última vez que lo hice me costó siete días en el correccional Carmen. Mirá, Sheri, por qué no venís conmigo, quizás podés ser una dependienta.

SHERI: ¡Ay, no me vengás con esas pendejadas!

MOCHO ¡Tendría que ponerse vestido, hombre!

SHERI: Sabés que no me gustan los vestidos.

BENITO: Okay, podés trabajar en la bodega.

MOCHO: Eso es, Sheri, le dan a cada uno un overol. ¡Nadie va a saber que sos mujer!

SHERI: (Golpeando a Mocho) ¡Callate! (A Benito) Pues, ¿qué tipo de trabajo vas a pedir?

BENITO: Había pensado de bodeguero, pero me gustaría estar afuera donde hay acción. Pues voy a ponerme mi saco y corbata para tratar de ganar una posición de gerente.

MOCHO: Benito, te van a poner en la lencería de muchachas. (Actuando) ¡Oh, señora, puedo ver que va a necesitar un brasier más grande!

BENITO: No, prefiero el departamento de deportes.

MOCHO: Oh, disculpe, señora, ¿puede medirse estos calzones? (Viendo que Diablo y Gata entran) ¡Qué mierda! ¡Allí viene El Diablo!

DIABLO: Casi me castigaste con la jura, cabrón.

BENITO: Pero vos empezaste el pedo, pendejo.

DIABLO: Bueno, vamos a terminarlo.

BENITO: ¡Dale, solamente vos y yo!

DIABLO: (Sacando su cuchillo) ¡Simón!

MOCHO: (Tirando un cuchillo para Benito) Tené, Benito. Voy a cuidarte la espalda, hombre.

DIABLO: Les advertí, cabrones, que se quedaran fuera de nuestro territorio.

BENITO: ¡Vamos a donde nos da la gana y no hay nadie que nos detenga!


(Un ballet sigue. Cuerpos chocan y separan. Cuchillos brillan. Benito parece ganar la pelea, pero Gata interrumpe para ayudar a Diablo. Sheri salta encima de Gata. Mientras Benito está distraído, Diablo le acuchilla al lado del abdomen. Benito cae de rodillas. Las sirenas de los policías se escuchan).

GATA: ¡Puta, allí viene la jura, vámonos! (Los miembros de las maras salen, dejando a Benito de rodillas tocándose la herida).

DURANGO: (Entra y para la acción. Habla al público) ¿Qué les dije? Sabía que ellos querían lío. Estos chavos ya no son como los de antes. En mi tiempo, tirábamos algunos golpes y nada más. Hoy, ellos tienen cuchillos, pistolas, chimbas, hasta ametralladoras. En algunos casos, están más armados que nosotros. Y si tratamos de defendernos, ellos tienen los huevos para llamarnos escuadrón de la muerte. (Saca un cuaderno y empieza interrogar a los testigos) ¿Que pasó? (Va al público) ¿Alguien sabe qué pasó aquí? ¿Hay testigos? ¿Alguien vio qué le pasó a este hombre? ¿No hay nadie quien pueda atestiguar? (Nadie le contesta y se niegan para cooperar) No hay esperanza. Nadie sabe, a nadie le importa. Otro marero con sus tripas de fuera. (De repente, La Luna alumbra a Diablo y a Gata. Ellos tratan de esconderse, pero la luz les encuentra. El Inspector observa esto y se acerca a arrestarlos) ¡Vos otra vez! Te dije que si te guachaba te iba a meter preso. ¡Vámonos! ¡Estás arrestado! ¡Y tu amiga también! (Durango lleva a Diablo y a Gata en sus brazos y salen. Se escuchan los sonidos de sirenas).

 

(La Luna entra con una cubeta y un trapeador hecho de pelitos de ángeles delicados. Trapea la sangre de Benito. El trapeador blanco se hace rojo con la sangre).

ESCENA 9

ABUELITO: (Entra al hospital, cargando la pañoleta sangrada de Benito) Disculpe, me dijeron que mi nieto está en este hospital.

GATA: (Vestida como una enfermera, apunta los datos en un cuaderno. Con una camiseta de Médicos Sin Fronteras”) ¿Nombre?

ABUELITO: José Guadalupe Chávez.

GATA: No el suyo, el de él.

ABUELITO: Benito Chávez.

GATA: CHÁ-VEZ. ¿Usted es su padre?

ABUELITO: Soy su abuelo.

GATA: ¿AH-BWAY-LO?

ABUELITO: Abuelo. Grandfather.

GATA: No hablo bien el español. Soy una voluntaria. ¿Cuál es su dirección?

ABUELITO: Colonia Libertad, bloque 3, casa 6.

GATA: ¿Mandamos allá la factura?

ABUELITO: Creo que sí, yo no sé.

GATA: ¿Sus padres viven en esta dirección?

ABUELITO: No, están muertos. Bueno, su padre está muerto. Nosotros, pues, no sabemos donde está la mamá.

GATA: Señor, ¿está diciendo la verdad?

ABUELITO: ¿Sobre sus padres? Bueno, ¿por qué piensa que lo estoy cuidando? ¿Por qué está preguntándome todo esto?

GATA: Tengo que saber quién va a pagar la cuenta.

ABUELITO: Perdóneme.

GATA: Señor, alguien tiene que pagar la cuenta.

ABUELITO: Pero, yo no tengo dinero.

GATA: ¿Usted es su tutor legal?

ABUELITO: No. Quiero decir, sí.

GATA: Ahora, escúcheme. No podemos tratar a este niño hasta que sepamos quién es su tutor legal.

ABUELITO: Bueno, su mamá esta viva.

GATA: ¿Dónde está?

ABUELITO: No sé exactamente. Creo que la metieron en una, ¿cómo se llama?... una institución.

GATA: Una institución. ¿Qué tipo de institución? ¿Un manicomio? ¿Sabe el nombre?

ABUELITO: No. No sabemos de ella hace años.

GATA: Entonces, ¿no tiene seguro social?

ABUELITO: ¡No, no tengo seguro social! ¡Por favor, déjeme ver a Benito!

GATA: Ellos le apuñalaron en la espalda, pero ni uno de sus órganos vitales fue perforado. Va a vivir.

ABUELITO: ¡Gracias a Dios! ¡Por favor, déjeme ver a mi nieto!

GATA: Está allá (abre la cortina).

ESCENA 10

ABUELITO: (Va al lado de Benito) ¡Benito, Benito! Mi hijo, ¿qué te han hecho? (empieza llorar, después de ver a Benito con tubos y agujas en su cuerpo).

BENITO: ¡Abuelo!

ABUELITO: Oh, Benito, ¿estás bien? (lo abraza).

BENITO: ¡Cuidado, me duele mucho!

ABUELITO: Me da mucha tristeza verte así, Benito.

BENITO: Voy a estar bien, abuelito. Regresaré a la casa pronto.

ABUELITO: No, no. No podés volver a la casa. Es mejor que te vayás muy lejos, en vez de que regresés al barrio.

BENITO: Tenemos que aprender a vivir así.

ABUELITO: No, no así como estás, peleando con otros como perros y gatos. Por el amor de Dios, por el amor que me tenés, prometeme que las cosas van a cambiar.

BENITO: Te lo prometo.

ABUELITO: No más peleas.

BENITO: No más peleas.

ABUELITO: No más pláticas con esa bola de vagos.

BENITO: Pero son mis amigos.

ABUELITO: Amigos, no, casi te matan. Los amigos no empiezan peleas y se van corriendo cuando te apuñalan.

BENITO: No se fueron corriendo, la policía venía...

ABUELITO: ¡Cobardes! Se fueron corriendo como perros con la cola entre las patas y te dejaron sangrando en la calle. ¡No más de Los Fatherless! ¿Me lo prometés, Benito? ¡Me lo prometés o voy a morir!

BENITO: Voy a quedarme lejos.

ABUELITO: ¡Para siempre!

BENITO: Pero ellos viven allá. No puedo pasar por la esquina sin ver sus caras.

ABUELITO: Hablé con tu consejero en el colegio, Benito. Él me dijo que tus notas son suficientes para ir a la universidad y, tal vez, tal vez, podés ganar una beca para la universidad privada.

BENITO: Pero parece que voy a quedarme aquí por un buen tiempo.

ABUELITO: Quizás un compañero pueda traer tus tareas aquí y podás estudiar. Lo voy a llamar.

BENITO: Ah, abuelito, no tenés que hacer esto.

ABUELITO: Voy a hacerlo, Benito, esto y más. Eres la única cosa que tengo todavía en este mundo, hijo (se abrazan).

BENITO: Yo también te quiero, abuelito.

ESCENA 11

DURANGO: (Entrando) Disculpá, Benito, el hospital te va a dar de alta hoy, pero estás detenido.

BENITO: ¿Puedo ir a la casa?

DURANGO: No, tendrás que acompañarme a la posta.

ABUELITO: No, por favor, señor. No se lo lleve.

DURANGO: Prepará tus cosas.

ABUELITO: ¿No hay nada que podamos hacer para ayudarlo?

DURANGO: Bueno, él puede ayudar cooperando en la investigación.

ABUELITO: ¿Oyó eso? Tiene que hacer lo que el Inspector le dice, Benito, ¡por el amor de Dios!

BENITO: Está bien, vaya a la casa y descanse (Abuelito se abraza con Benito).

DURANGO: Voy a llenar algunos formularios y regreso en media hora (Durango y Abuelito salen).

BENITO: La posta policial. Pobre abuelito, se miraba muy preocupado. Ojalá... Ojalá que mi papi estuviera aquí ahorita... parezco un niño. Cálmate, cálmate (enciende un cigarro y empieza a fumar. Entra Enfermera Gata).

GATA: Señor Chávez, tengo que recordarle que no se puede fumar en este hospital.

BENITO: Oh, lo siento (apaga su cigarro).

GATA: Venga, es la hora de su medicina.

BENITO: No quiero tomarla. Me marea.

GATA: (Le obliga a tomarla con agua) Lo siento, órdenes del doctor. ¿Sabe?, tiene suerte de estar vivo (ella sale).

ESCENA 12

BENITO: Dios, esas pastillas me enferman. (Sacando una foto de su padre) Púchica, soy el único de Los Fatherless que tiene una foto de su papá. Mocho siempre ha vivido con su tía Rosa. Nunca conoció a sus padres. Y la mamá de Sheri no sabe quién era su papá. Íbamos a pasear juntos, ¿te acordás, papá? Me dijiste cómo amabas a La Luna. “Hijo”, me dijiste, “las experiencias mejores en tu vida van a ocurrir bajo la luna: fiestas... sueños... amores. El Sol no es nada más que problemas”. Te seguía con mis piernitas cortitas. Seguía la luz de tu cigarro a través de la oscuridad. Tenías razón, papá. El sol estaba quemando el día que moriste. El calor puede dar locura. Habías estado en los campos con los otros trabajadores por horas. No había agua para tomar. El Patrón le dijo al policía que no quería mimar a sus trabajadores. Cuando ya no aguantaste la sed, tomaste de una quebrada en el campo. Los campos habían sido tratados con pesticidas. El agua estaba envenenada. Y moriste sin ver el anochecer de La Luna de nuevo (Benito se duerme. La Luna entra con Abuelito y Sheri. Sheri está vestida diferente. Se mira más femenina).

ABUELITO: Luna, a veces él trata de ver la cara de su padre en ti.

SHERI: A veces, se ve a sí mismo. ¿Sabés?, no va a ser lo mismo después de esto.

ABUELITO: Espero que sea mejor (La Luna despierta a Benito).

BENITO: ¿Quién está allí? ¿Quién es? ¡Papá! ¿Estás aquí? (Mira al espejo) ¡No hay nadie aquí! (Tocándose la cara.) Mi cara, ¿qué le pasó a mi cara? (Grita con terror. Abuelo y La Luna salen).

ESCENA 13

SHERI: ¡Psst! Benito, ¿cómo te sentís?

BENITO: ¿Sheri?

SHERI: Entré a escondidas. Ha pasado la hora de visitas. (Sentándose en la cama) No te miro bien.

BENITO: No estoy bien. Tenía una pesadilla muy rara. Que era el único chavo en el mundo, rodeado de mujeres con cuchillos. (Notando su ropa.) ¡Vaya, te mirás diferente!

SHERI: Sí, pensé que debo de probar un nuevo look. Mi mamá se cansó de verme con la misma ropa y la botó. ¿Sabés?, casi te morís allá.

BENITO: ¡Y casi mato a alguien!

SHERI: Nos dolería mucho si algo te pasara, Benito.

BENITO: No te preocupés, estoy bien. ¿Dónde está Mocho?

SHERI: Está en el mamo. Lo atraparon con los otros vatos la noche que te apuñalaron. Mocho me dijo que va a matar al Diablo.

BENITO: Hijo de puta, Sheri. Quiero que me prometás algo.

SHERI: ¿Qué cosa, Benito?

BENITO: Quiero que te quedés muy lejos de Los Fatherless.

SHERI: ¿De qué mierda estás hablando?

BENITO: No quiero que te hagan daño, loca. Esto se está saliendo de control. Vas a terminar como yo.

SHERI: Es porque soy una mujer, ¿verdad? Te dije que me tratés igual que a un hombre.

BENITO: No puedo, Sheri.

SHERI: ¿Y por qué no? Corro los riesgos como ustedes.

BENITO: Pero no es lo mismo ahora.

SHERI: ¿Por qué?

BENITO: Pues, vos sabés.

SHERI: ¡No, no sé!

BENITO: Mirá, no es lo mismo, ¿entendés? Algo me pasó después de la puñalada. Solamente, no veo las cosas de la misma manera.

SHERI: ¡Ya sé!

BENITO: ¿Qué...?

SHERI: (Se levanta, con miedo) ¿Me querés dar vuelta?

BENITO: No, no es eso. No sé. Estoy confundido. Olvidate de lo que te dije. Ya somos amigos, ¿okay?

SHERI: Siempre pensé que éramos amigos.

BENITO: Sí. Lo somos.

SHERI: Bueno, tengo que irme. Le prometí a Mocho visitarlo en la cárcel.

BENITO: Dale. Te veo más tarde.

SHERI: (Da una vuelta, antes de irse) Benito...

BENITO: ¿Qué?

SHERI: Mejorate, pronto, ¿okay?

BENITO: Gracias (Sheri va a Benito, lo abraza y sale).

ESCENA 14

(La escena cambia a la cárcel. Diablo y otros miembros de las maras caminan suavemente, modelan y enseñan sus tatuajes. Inspector Durango empieza la fila de reconocimiento para identificar a Diablo).

DURANGO: Está bien, muchachos, cálmense. Éste es un reconocimiento. Quédense parados contra la pared y miren aquí (Diablo sigue hablando y bromeando). Te dije... ¡cállate, maje! Si no querés que te mate a pija (Diablo se calla, Durango mira al público).

BENITO: (Entra y le habla a Diablo.) Me apuñalaste por la espalda, Diablo.

DIABLO: Bueno, nunca dije que iba a pelear limpio.

DURANGO: Okay, Benito. ¿Él es el hombre que te apuñaló?

BENITO: (Niega con la cabeza) No.

DURANGO: Por favor, Benito. ¡Vos sabés quién lo hizo!

BENITO: No es él.

DURANGO: Benito, yo sé que fue El Diablo. Podés encarcelarlo por tres o cuatro años. Si no lo señalás, va a salir libre. Por favor. Me prometiste que ibas a cooperar.

BENITO: No tengo nada que decir.

DURANGO: ¡Pendejo estúpido! No me extrañaría que con majes como vos nuestra gente no pueda avanzar. ¡Sos una basura, me oyes! ¡Estás muerto! (Benito le da la espalda) Todo este trabajo para nada. No te das cuenta, esto nunca va a terminar. No me importa, déjenlos que se maten. Muy bien, ¡abran las puertas! ¡Déjenlos libre! ¡Déjenlos libre! (sonido de puertas de la cárcel).

DIABLO: (Saliendo libre, riéndose) ¡Está bien, maje! ¡Así me gusta! Nos vemos, Benito, espero que te mejorés.

BENITO: Te dije, me la vas a pagar.

DURANGO: ¿Qué le dijiste?

BENITO: Que la ley no funciona para nosotros.

DURANGO: ¡Porque no la dejan funcionar!

BENITO: Tenemos nuestra forma de justicia.

DURANGO: (Bofeteando y golpeando a Benito). ¡Voy a darte justicia, maje! No me contés tu código del barrio. ¡Vas a podrirte en la cárcel para toda la vida!

BENITO: Haga lo que tenga que hacer, pero ¡no me eche sus sermones a mí!

DURANGO: Bien, maje, ¡andate al infierno y fuera de aquí! La próxima vez que te vea, espero verte tendido en la morgue.

(Benito sale de la cárcel y regresa al cuarto que comparte con Abuelito. Comienza a peinarse frente al espejo del gavetero).

ESCENA 15

ABUELITO: Han pasado algunos meses ya y parece que te mejoraste. Anoche, La Luna apareció, alumbrando con su luz por la ventana del cuarto (La Luna ilumina). Las voces de la noche comienzan a sonar y escucho a Los Fatherless llamándote.

MOCHO: (Entra con Benito) Y vi al Diablo y a Gata en el parque. Él está borracho y casi, casi se fondea, hombre. Mirá esto, hombre (le enseña una pistola a Benito). Un trozo.

BENITO: Ay, por favor, escondé eso.

MOCHO: Hombre, ahorita es nuestra oportunidad. Está bolo. ¡Vamos a quebrarlo!

BENITO: ¡Estás loco, maje! No quiero ir a la cárcel para toda la vida.

MOCHO: Bien, pues, llevamos un bate y le montamos pija a esa mierda.

BENITO: Hombre, él no vale la pena (Benito comienza escribir algo en un cuaderno).

MOCHO: Por favor, jomey. ¿Qué hacés que es tan importante?

BENITO: Matemáticas.

MOCHO: ¡Matemáticas! ¿Cuál es tu pedo? ¿Estás enfermo o qué?

BENITO: No, hombre, me siento bien. ¿Por qué?

MOCHO: No sé. ¿Por qué ya no pasás más tiempo con nosotros?

BENITO: No sé. Tengo cosas más importantes qué hacer.

MOCHO: ¿Como cuáles?

BENITO: Como cuidar a mi familia.

MOCHO: Ey, vato, Los Fatherless son tu familia. Si no cuidás a tus hermanos, ellos no van a cuidarte.

BENITO: Mocho, escuchame, hermano.

MOCHO: No, maje, ¡escuchame vos! ¡Los Diablos no van a desaparecer así por así! ¡Quitamos al Diablo o nos quita!

BENITO: Calmate, vas a despertar a todos los vecinos.

MOCHO: ¡A la mierda con los vecinos! ¡Quiero saber por qué ya no te juntás con nosotros!

BENITO: Mocho, dejame decirte algo. Voy a salir del barrio.

MOCHO: ¿Vas a qué?

BENITO: Voy a ir a la capital. A estudiar en la universidad.

MOCHO: ¡Universidad! ¿Vas a darte por vencido? ¿Vas a salir corriendo?

BENITO: No, hombre, solamente estoy tratando de componer mi vida. Mocho, recibí una beca. Todos los gastos pagados.

MOCHO: Pues, felicidades, loco. ¿Qué vas a ser? ¿Algún tipo de Albert Einstein o qué?

BENITO: No, tal vez, algún día, voy a ser un abogado.

MOCHO: ¡Un abogado! ¡Vas a dejar a tus hermanos para ser un maldito abogado!

BENITO: Sí, maje, creo que sí. Creo que puedo hacer más por el barrio si soy un abogado que si me quedo aquí.

MOCHO: ¿Y qué? Sufriendo con los demás. ¡Pendejo!

BENITO: No, maje, no quise decir eso.

MOCHO: Hombre, ya escuché todo lo que mis oídos pueden escuchar. “Licenciado Benito Chávez, abogado de la Ley”. ¡Pura basura!

BENITO: Quiero que me deseés suerte, Mocho (estrecha su mano a Mocho).

MOCHO: (Rechaza darle la mano) Sí, te deseo mucha suerte. Hasta nunca, vato, ahí te guacho (mueve para salir. Congelamiento).

ESCENA 16

(La Luna entra, parece mucho más vieja y quemada. Tiene una lágrima abajo de un ojo y tatuajes como los de la cárcel. Del otro lado del escenario entran Diablo y Gata; beben cerveza. Diablo parece muy bolo. De otro lugar entra Sheri, caminando sola y parece muy vulnerable. Gata y Diablo la ven y se esconden. La Luna trata de advertirle a Sheri sobre el peligro, pero no sirve).

SHERI: ¡Luna desengañadora! Todavía me seguís. No hay un lugar en este barrio donde pueda ir sin que me alumbre tu luz. Mirate, Luna... tenés cicatrices de espinillas esta noche. ¿Tenés un caso serio de acné? (Se sube a un banco para ver mejor a La Luna). ¿El sol te noqueó de nuevo? ¿Te golpeó con sus rayos y te dejó doliendo la cara? ¡Qué mal, Luna! Te mirás como uno de los viejos que vienen del mamo, la cárcel, el presidio, la prisión. ¡Ooooooh, Luna; te miro llena de tatuajes!

GATA: Vas a parecértele dentro de pocos años, Sheri.

SHERI: ¿Quién dijo eso?

GATA: Soy yo, Gata.

SHERI: ¡Guardá tu distancia, cabrona!

GATA: Sheri, ¿tu vieja no te enseñó buenos modales? (se acerca a Sheri).

SHERI: Mirá, no tengo nada en contra tuya, ¿entendés?

GATA: ¿Sabés qué, Sheri? Siempre pensaba... ¿en serio sos una mujer? Quiero decir, te parecés tanto a un hombre.

DIABLO: (Sale de las sombras) Creo que tenemos que quitarle los calzones para encontrar la verdad, ¿no creés? (Sheri trata de correr, pero Gata la agarra de atrás. Diablo agarra sus piernas y empieza a quitarle los pantalones. Oscuridad total).

ESCENA 17

BENITO: (Descongelando la acción) Escuchame, maje. Te digo: tengo que vivir mi vida y hacer lo que sea mejor para mi familia.

MOCHO: ¡Soy tu familia, cabrón!

BENITO: Vos podés cuidarte, hermano. Mi abuelito no puede. ¿Con qué pisto va a sobrevivir? ¿Qué tendrá de jubilación? Y luego, ¿un asilo? ¿Has visitado uno? Quiero tener pisto para cuidarlo. Quiero devolverle lo que él me dio, maje.

MOCHO: ¿Qué es eso?

BENITO: ¡Orgullo! Quiero que él se sienta orgulloso de mí, así como yo estoy orgulloso de él (Mocho está de acuerdo. Se abrazan).

MOCHO: Vaya, pues, adiós para siempre. Quién sabe, tal vez vas a conseguir que yo salga libre del mamo algún día. (Entra Sheri, sangrando, y su ropa está rota) Jey, ése, ¿qué pasó?

SHERI: (Corre a Benito y lo abraza) Gata me agarró por detrás y me tiró al suelo. Después, el Diablo...

MOCHO: ¿¡Qué!?

SHERI: ¡Me violó!

BENITO: ¡El Diablo desgraciado, me las vas a pagar!

ABUELITO: (Entra) ¿Qué pasó? ¿Por qué están gritando?

BENITO: Dámela (toma la pistola de Mocho).

ABUELITO: ¿Qué vas a hacer? Benito, te pido por Dios, no lo hagás.

BENITO: (Se acurruca con Mocho, no lo escucha) ¿Está cargada?

MOCHO: ¡Y lista!

BENITO: (A Mocho) ¡Vámonos!

ABUELITO: Benito, ¿a dónde vas con esa pistola?

BENITO: ¡Voy a pagarle todo lo que le debo! (sale con Mocho).

ABUELITO: Sheri, ¡dígame qué pasó!

SHERI: Señor, rápido, llame a la policía.

ESCENA 18

DIABLO: (En otra parte del escenario, esperando a Benito) Vení, Benito, te estoy esperando.

BENITO: ¡El Diablo! Ahora sí te voy a dar en la madre (Diablo se esconde de él).

DIABLO: Pues ahorita, Benito. Vení para acá.

(Benito y Diablo disparan a la vez, pero solamente Benito se cae. Abuelito corre a su lado. La Luna se pone una máscara de la muerte, y se congela la acción. Los personajes hablan directamente al público).

MOCHO: Benito, no te vayás. Vas a sobrevivir.

GATA: Fuck, murió.

DURANGO: (Entra y arresta a Diablo) Estás arrestado, Diablo, y esta vez hay bastantes testigos.

DIABLO: Fue en defensa propia. ¡Fue en defensa propia!

SHERI: ¡Benito, no te vayás; te quiero, te amo!

ABUELITO: Benito, Benito, por el amor de Dios, no te vayás. ¡Esperá, hijo, allí viene tu papá!

BENITO: (La Luna se acerca) ¡Papá! ¡Papá! ¡Es cierto, eres tú! (La Luna mueve su cabeza “sí” y le abraza Benito, suavemente) ¡Papá, perdoname por mi vida loca!

(La Luna, ceremoniosamente, le pone una máscara de muerto a Benito. Benito y La Luna salen caminando juntos).

TODOS: Noches locas. Rete calientes.

La música está loca.

Maras pasando a través del barrio.

Sin saber a quién le toca.

...A quién le toca.

...A quién le toca.

(Se repite como al principio).

FIN