Doi: 10.25009/it.v11i17.2618

Reseña de texto teatral

Last Man Standing, simulacro boxístico para actores

Itzel Camarillo*

* Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Azcapotzalco, México. camarillo.cruz@hotmail.com

Recibido: 01 de octubre de 2019

Aceptado: 16 de diciembre de 2019

Maldonado, Jorge."Last Man Standing, simulacro boxístico para actores". Antología de TeatroSinParedes: Cinco años de Creación Colectiva (2013-2018). Ciudad de México: Editorial TSP, 2018, pp. 337-448.

En la actualidad, el teatro pasa por una etapa de modificaciones y de una marcada pluralidad. Un sector conformado por jóvenes dramaturgos mexicanos muestra un compromiso como creadores frente a su contexto. Las obras dialogan con la realidad del escritor, como en el caso del joven dramaturgo Jorge Maldonado, quien nació en la Ciudad de México (1988).1 En el año 2018, publicó su obra Last Man Standing, simulacro boxístico para actores, como parte de la Antología de TeatroSinParedes y la estrenó en conjunto con el colectivo del mismo nombre el pasado 29 de abril de 2019, en el foro La Gruta del Centro Cultural Helénico.

Last Man Standing nos transporta por diferentes momentos de la historia del box; asimismo somos testigos de la primera pelea entre un estadounidense y un latinoamericano. El autor retoma elementos del teatro documental, por lo que la estructura del texto presenta una convergencia entre la diégesis y el documento, indaga las similitudes entre el teatro y el boxeo, además de que hace homenaje a boxeadores mexicanos. En su trama, amplifica el relato de dos luchadores que corresponden a la diégesis ficcional: Rubén “El Chacal” Olivares y Christian “El Gallo” Diez.

El argumento principal es que “El Chacal” tuvo que sobrevivir en un contexto violento y precario económicamente. Fue considerado como el mejor boxeador de México, pero ahora la situación empeora: es amenazado por el personaje de “Sin Rostro” para que finalice su carrera y así fabricar a un nuevo héroe nacional. Por otro lado, “El Gallo” es la promesa del boxeo que intenta salir (igual que muchos boxeadores) de su entorno para ser “alguien en la vida” y quien se convertirá en el favorito del mánager más importante. Otros personajes son: Miguel “El Trapos”, un exboxeador que fracasó debido a una lesión en la muñeca y que ahora se dedica a limpiar un gimnasio; Carmen “La Flaca” Coronado, una boxeadora tan buena o mejor que “El Gallo”, quien enfrenta diferencias de género; Gilberto “El Piedra” Barraza, el entrenador y maestro de vida de “El Gallo”, “La Flaca”, que desempeña un papel similar a la consciencia de los personajes, y, por último, “Sin Rostro”, quien es el manager de “El Chacal”, en quien se encarna el sistema corrupto.

La obra cuenta con 13 escenas: la primera introduce la obra, la presenta como un simulacro boxístico para actores. A través de la voz de los actores-personajes se enfatiza que la obra no es la realidad, sino una representación, ergo, es algo que podría ser, porque eso es el teatro: un simulacro en el que todos participamos. En esta primera escena, los actores exponen las similitudes entre el box y el teatro; por ejemplo, el conflicto, el espacio y el público. También explican la gran diferencia: el teatro es simulacro, mientras que el box es realidad. Afirman que ellos simularán una ficción. A esta escena suceden 12 más, de las cuales tres se valen del documento y de la narración; las restantes forman parte de la diégesis de la obra y la última se presenta como un epílogo.

El uso del lenguaje es sencillo y dinámico, incluso en los textos meramente informativos, lo que contribuye a que el objeto comunicativo del autor llegue sin problemas al lector. Las didascalias (acotaciones) sugieren el apoyo de proyecciones de carácter informativo para la puesta en escena, favoreciendo la escenificación del texto. Así, el documento, en este caso las estadísticas, los videos y las noticias, son un elemento empleado en favor de los objetivos comunicativos de la obra: las desigualdades raciales y de género.

Por lo anterior, el dramaturgo incorpora temas secundarios, como la discriminación a diferentes escalas. Por ejemplo, la diferencia de género, que es el caso de las boxeadoras, cuyo trabajo se demerita por el simple hecho de ser mujeres. La obra difunde datos reveladores, como que el box varonil fue considerado deporte olímpico oficial en el año 1904, mientras que la rama femenil fue reconocida hasta el año 2011.

En la tercera sección documental de Last Man Standing se expone el éxito de las mujeres en este deporte. Critica que la diferencia de sueldos entre hombres y mujeres en el pugilismo es abismal: mientras que por una pelea varonil en un campeonato mundial se ofrecen en promedio tres millones de dólares al ganador, a una mujer en promedio se le ofrecen 100 mil dólares, es decir, un tres por ciento respecto de la rama varonil. El discurso de género permanece en un segundo plano; sin embargo, la crítica y la reflexión quedan presentes, como semilla que pretende germinar en el receptor.

De igual manera, en la segunda escena de la sección documental, la obra da evidencia de la discriminación racial que se presenta en la primera pelea entre un latino, el argentino Ángel “El Toro Salvaje de las Pampas” Firpo y el estadounidense Jack “El Carnicero de Manassa” Dempsey. En este suceso se narra cómo jueces y reporteros auxiliaron al estadounidense, aun cuando existen testimonios que afirman que estuvo noqueado de 14 a 17 segundos y, a pesar de eso, le dieron la victoria en la “Pelea del Siglo” de los pesos completos en los Estadios Polo Grounds de Nueva York, el 14 de septiembre de 1923.

Uno de los elementos más interesantes se encuentra en la página 403, pues el autor brinda al lector la posibilidad de proclamar al nuevo campeón. ¿Qué elegir? ¿El fomento de la corrupción? ¿Un alto a la corrupción, aunque cueste el sacrificio de “El Chacal? Si se elige a “El Gallo” quiere decir que el sistema corrupto prevalecerá, que “El Chacal” se rindió ante las amenazas de “Sin Rostro”, pero que su familia está a salvo, que el joven boxeador comenzará una carrera llena de éxitos –reales o comprados, para el bien de los intereses económicos del sistema boxístico– y que saldrá adelante económicamente. Si se elige a “El Chacal es porque no se acepta la corrupción, pero también es condenar a su familia.

En las representaciones de la obra –señala el mismo Jorge Maldonado– la mayoría vota por “El Chacal. En ello, se esconde una necesidad por una figura heroica. Cualquiera que sea la elección del lector-espectador, este juego, en apariencia inocente, gratuito o ambicioso en la construcción del texto, revela una verdad dolorosa, pues es el reflejo del contexto en el que vivimos, donde la mayoría está en desacuerdo con los malos manejos por parte de las instituciones, pero delega la responsabilidad individual en terceros.

Al final del texto escrito de la obra, se presenta una serie de escenas que fueron eliminadas de la puesta en escena, como muestra del trabajo que el dramaturgo realizó con sus compañeros del colectivo TeatroSinParedes, pero también documentan el minucioso ejercicio de elección para que el discurso convoque a través de lo estético y no de la arenga política.

El dramaturgo denuncia un sistema a micro y macro escala en que los intereses económicos son suficientes para corromper cualquier práctica. Last Man Standing elabora un paralelismo entre el teatro y el box, pero también entre el deporte y el sistema político en el que vivimos. La obra presenta el arquetipo del héroe en nuestro contexto –México a principios del siglo XXI–: el boxeador, que es un prototipo “ejemplar” para la clase baja, recordemos que casi todos los máximos exponentes surgieron del “barrio” y, gracias al deporte, lograron salir de la pobreza. En el nivel ficcional, los personajes están buscando avanzar en su medio, a través de un sistema descompuesto.

Ante su obra, nos quedamos con la pregunta: ¿será el ring una extraordinaria alegoría de la sociedad mexicana? Maldonado se compromete con la participación activa del público con el fin de que se identifique y asuma activamente su postura social ante el conflicto presentado. Last Man Standing evoca a la reflexión acerca de nuestro sistema sin caer en el panfleto.

 

Nota

1 Es egresado del Colegio de Literatura Dramática y Teatro (UNAM) en el área de dirección y actuación. Desde 2012 es integrante del Colectivo TeatroSinParedes, tanto como director, autor, co-autor, actor y asistente de dirección de proyectos como Utopya (2013), Los náufragos (2016) y Los hambrientos (2017).